Te invito a leer este post para entender las razones de por qué comemos tan mal hoy en día en las sociedades consumistas y modernas del siglo XXI.

 

Como ya hemos explicado en muchos artículos a lo largo del blog, las personas en la sociedad occidental actual nos alimentamos de manera muy deficiente. Las razones son muchas y muy variadas: pasan desde el estrés y la ansiedad, el poco tiempo dedicado, hasta la mala calidad de los alimentos procesados actuales. La consecuencia ya la sabemos: epidemias de sobrepeso y obesidad, que provocan enfermedades y muertes prematuras. Y la tendencia actal es que siga en aumento.

 

Pero todas estas razones se puden sintetizar de manera muy simple. La teoría nos dice que para poder analizar las causas de una situación de manera profunda y completa se necesitan responder las 6 preguntas clave:

  • Qué
  • Quién
  • Cómo
  • Cuándo
  • Dónde
  • Por qué

 

En este artículo voy a responder a todas ellas, para que al final podamos entender las causas de la mala alimentación y de las malas elecciones que hacemos sin ser conscientes. Espero que sirva de reflexión para que cada persona individualmente. Cada uno debemos entender nuestra situación y encontrar maneras de cambiar los aspectos de nuestras vidas que nos hagan mejorar. Para entenderlo de manera clara voy a comparar la situación actual con la manera natural de comer.

Al final del artículo tenéis una lista de algunas recomendaciones para mejorar.

 

1. Quiénes comemos

Esta es evidente. Comemos todas las personas para estar vivas. O comes o mueres, no hay más. Pero de esta situación surge un problema muy relevante, que se ha potenciado en los últimos años con la aparición de internet y las redes sociales, y es que hoy en día todos somos expertos en todo y todo el mundo opina de todo, y en el tema de la alimentación siempre hay alguien que tiene algo que decir.

 

Es una arma de doble filo. Como todos comemos, todos somos expertos y opinamos.

 

El hecho de que todos necesitamos comer es un arma de doble filo. Pensad en las personas a vuestro alrededor, y seguro que tienen algo que opinar sobre si una comida es buena o es mala. Internet ha puesto toda la información a nuestro alcance… la buena y la mala…

La nutrición es un negocio muy poderoso, y los intereses económicos también. Debemos ser conscientes de que una vez hay dinero por el medio, la objetividad se pierde.

 

2. Qué comemos

Somos seres vivos que se alimentan de otros seres vivos. Lo repito las veces que haga falta ^^ Nuestro principal sustento a lo largo de la evolución han sido los productos naturales, tanto de origen animal como vegetal. Es lo que comían nuestros antepasados y es lo que nuestro organismo sabe procesar. No nos podemos comer una piedra, por ejemplo, ya que no somos capaces de obtener nutrientes de ella.

 

Nunca va a ser lo mismo comer una fruta que tomarse un zumo a partir de la fruta deshidratada, rehidratada y al que añaden azúcar y otros compuestos químicos para potenciar el sabor o el color, su conservación, etc. Hay que basar la dieta en comida real

 

Ahora hemos cambiado los productos naturales por comida ultraprocesada, preparada, tratada con productos quimicos, deshidratada y recompuesta… Alimentos que no eran nutritivos ahora se transforman y se convierten en sucedáneos (por desgracia demasiado apetecibles) que nos venden como comida sana. Cualquier procesado de la comida es posible en la industria alimenticia moderna. Algunos de estos alimentos son buenos, pero nuestro cerebro es adicto al azúcar y las grasas, y nos hace comer alimentos de mala calidad. Y las campañas de marketing de las empresas alimentarias son muy poderosas y consiguen su objetivo.

 

3. Cuándo comemos

Lo natural es que comamos cuando tenemos hambre y después parar cuando ya estamos satisfechos, lo que se llama estar saciados. Existe un mecanismo hormonal dentro de nosotros que lo regula, que conecta el aparato digestivo con el cerebro. Si os dais cuenta, es lo que hacen los bebés: comen cada 3 horas porque es el tiempo que tardan en digerir la comida y necesitar más.

 

Al tener comida disponible las 24h podemos comer en cualquier momento y en cualquier circunstancia… Encima la comida es adictiva. Escucha tu cuerpo y para de comer cuando estés saciado.

 

El problema ahora es que tenemos comida disponible a cualquier hora del día, en cualquier circunstancia. Y si lo unimos al hecho de que la comida es adictiva, todo se vuelve peor. No escuchamos las señales de nuestro cuerpo y no paramos de comer cuando ya estamos satisfechos. Los eventos sociales (en familia, amigos o trabajo) son un claro ejemplo, en el que comemos a todas horas, sin hambre, incluso hasta la extenuación, y la consecuencia demasiadas veces es que nos sentimos mal y nos puede llevar a enfermedades. Vivimos en una sociedad obesogénica (que nos incita a la obesidad)

 

4. Dónde comemos

Somos animales sociales, es decir, que vivimos en sociedad unos con otros. Lo natural es que comamos juntos en familia o con amigos, en casa, con las personas de nuestro «clan», en un entorno que consideramos conocido y seguro. Se prepara la comida y todos juntos comparten uno de los mejores momentos del día. Todas las culturas celebran sus fiestas y rituales con grandes comidas, y es porque nos une como sociedad.

 

Las estadísticas dicen que cada vez las familias comen menos veces juntas en casa, y más por separado fuera del hogar. Comer juntos nos hace más felices según los indicadores de felicidad.

 

Hoy en día es habitual que comamos en cualquier sitio: en el trabajo, fuera de casa, incluso los niños comen en los colegios ya desde bien pequeños sin el contacto familiar. En muchos casos se ha perdido por completo el contacto con tus miembros más allegados en el momento de la comida. ¿Cuantos padres, madres, familias, amigos o compañeros de trabajo comen juntos?… ¿y de ellos cuántos conversan y cuántos están distraídos viendo sus respectivos teléfonos móviles?  El hecho de estar sentados en la misma mesa no supone comer juntos si estamos atendiendo otras cosas y no a las personas que hay delante.

 

5. Cómo comemos

Lo natural es dedicar mucho tiempo a comer. Para una buena digestión y asimilación de los nutrientes es necesario comer despacio, masticar bien, en pequeñas cantidades, con tranquilidad y calma. Antiguamente no había demasiadas distracciones a la hora de comer y se tomaba con calma junto a los de tu «clan». Esta manera de comer produce una sensación de felicidad y bienestar.

 

Comer deprisa, con ansiedad o estrés no es sano. Necesitamos comer despacio y con calma. Tu tiempo es lo más valioso que tienes, utilízalo con sabiduría.

 

Hoy en día es habitual comer estresado, con ansiedad o enfadado. La sociedad moderna nos pide comer más deprisa para tener tiempo para otras cosas «importantes». Es una paradoja, ya que lo más importante que tienes es tu salud, y depende al 100% de tu alimentación. La proliferación de restaurantes de comida fast food tampoco ayuda. Parece que se ha establecido el concepto de que cuanto más rápido pueda comer, mejor para mí… Pero no es así.

 

6. Por qué comemos

!Esta es mi preferida! Somos seres vivos, así que comemos para mantenernos vivos (¿Lo había dicho ya? ;P) Necesitamos cubrir dos necesidades básicas: obtener energía y obtener nutrientes. Nada más y nada menos. Una vez cubiertas esas necesidades, no deberíamos comer nada más, puesto que provoca enfermedades.

 

Ya no comemos sólo porque tengamos hambre. Ahora comemos por cualquier motivo imaginable, lo que conduce al sobrepeso y a enfermedades metabólicas.

 

Hoy en día comemos por cualquier motivo imaginable: cuando hay fiestas o actos sociales, por aburrimiento o ansiedad, cuando estamos contentos o tristes… Podríamos enumerar cientos de motivos y todos ellos son innecesarios. Esto provoca una sobrealimentación de nuestro organismo, y pensad que no tenemos defensas frente a ello, por eso el sobrepeso provoca enfermedades.

¡Pasa a la acción!

Si eres de los que creen que tiene una mala alimentación, aquí expongo de manera breve las causas más comunes. A continuación te dejo una lista de consejos que puedes hacer:

  • Come comida real. Olvídate de las calorías y las etiquetas. Si comes comida natural difícilmente vas a estar tomando malas decisiones
  • Come en familia todo lo que puedas, con tus hijas e hijos, con calma y sin distracciones.
  • Busca fuentes de información en las que puedas confiar. No confíes en las multinacionales alimentarias ni en los anuncios de «comida sana». Buscan su beneficio económico propio, no tu salud.
  • No existen dietas milagrosas ni productos milagrosos. Desconfía de ellos
  • Cuida tu estilo de vida y tu estado de ánimo. Tú eres lo más importante y nadiem mejor que tú sabe cómo te encuentras.
  • Vigila la alimentación de tus hijas e hijos. Tú decides por ellos, y se merecen la mejor de las elecciones. Es nuestra responsabilidad adquirida por ser papás y mamás

Espero que te sirva para tener una visión global de la alimentación, y que te ayude a encontrar maneras de mejorarla.

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