Si has intentado hacer dieta muchas veces y no consigues cambiar tu estilo de vida, te invito a leer estas 11 claves para que una dieta funcione y así conseguir tu objetivo final de Bienestar
– ¿Carlos, cuáles son tus consejos para que mi dieta funcione?
Esta es, sin ninguna duda, la pregunta del millón, la pregunta que más veces he tenido que responder a lo largo de mi carrera profesional a amigos y familiares, conocidos o alumnos. Cada vez que me la hacen hago lo mismo: tras un segundo de reflexión, añadiendo una pausa de tensión y poniendo cara seria, respondo con dos preguntas…
- ¿Para qué haces dieta?
- ¿Dónde crees tú que estás fallando?
En la mayoría de casos, la gente que me pregunta hace dieta para perder peso, y el fallo más común es que se saltan la dieta y comen alimentos que no deben (por ansiedad, por estrés o por impaciencia) o abandonan muy pronto.
Las dietas temporales, como las de pérdida de peso, son una herramienta útil para momentos o situaciones determinados, pero no son una solución para tener una vida saludable. Si una dieta no se mantiene en el tiempo hasta convertirse en un hábito saludable, el efecto rebote está asegurado. Es decir, si llevas mala dieta y tienes sobrepeso, la solución no es probar una dieta milagro de adelgazamiento, porque lo más probable es que al cabo de un tiempo vuelvas hacia atrás. La solución es cambiar de estilo de vida.
No obstante, hacer dieta suele ser el primer paso para cambiar de estilo de vida. Además existen muchas personas que están obligadas a cambiar de dieta por motivos de salud (intolerancias, problemas hormonales, etc.) y necesitan consejo profesional. Así que aquí os dejo la lista de 11 claves para que una dieta funcione de manera correcta y sin riesgos de sufrir el temido efecto rebote.
ANTES DE EMPEZAR:
1. Tu estado de ánimo y tu actitud van a determinar el éxito
¡Enhorabuena! 🙂 Si has decidido empezar una dieta, ya sea por necesidad o por voluntad propia, significa que estás decidid@ a tener un impacto positivo en tu nivel de bienestar. Hazlo público. Díselo a la gente que tengas alrededor, en casa y en el trabajo, para que te apoyen y te ayuden. Al exteriorizar y verbalizar una situación nos hacemos conscientes de ella y la llevamos mejor. Ya has pasado a la acción, has tomado una decisión y estás dispuesto a llegar al fin. Siéntete orgulloso .
Cuando yo sé que alguien está a dieta intento ponerme en su lugar y ayudarle en lo que pueda.
2. Acepta la situación y alégrate por el cambio que viene
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando hablamos de temas de salud es que todos los procesos de nuestro cuerpo están dirigidos por el cerebro. Y el hambre y la alimentación no son menos. La relación hambre-comida está regulada por el cerebro (sistema endocrino). Por tanto, ya que una dieta va a suponer un cambio en nuestros hábitos alimenticios, es necesario afrontarlo con calma, tranquilidad y decisión.
Lamentarse de lo mal que lo has hecho para llegar al momento actual hace que enfoques tus pensamientos en cosas negativas del pasado, y no te ayuda. Debes considerar la dieta como el principio de un nuevo nivel de bienestar, mejor que el anterior, y no como un castigo por haberlo hecho mal hasta ese momento. Piensa en positivo. Focaliza tus pensamientos en dónde quieres llegar y pasa a la acción.
3. Controla tu nivel de estrés y tu ansiedad
El estrés, la ansiedad, la tristeza y otras emociones negativas alteran de manera significativa nuestra respuesta hormonal. De esta manera no somos capaces de escuchar las necesidades reales de nuestro cuerpo. Así que párate a pensar, y si no estás en un buen momento de ánimo, hacer una dieta puede que no sea la mejor opción, sobretodo si estás en épocas de picos de estrés a nivel laboral o familiar. Tienes que ser consciente que cada vez que sufras de estrés vas a tener tentaciones de saltarte la dieta. Por eso es fundamental que trabajes y utilices herramientas de gestión del estrés. Recuerda que la recompensa final merece la pena.
4. No tengas miedo a un posible fracaso
Es posible hayas intentado otras dietas antes en distintos momentos de tu vida y no hayan funcionado. Perfecto, no hay problema ni es una tragedia, ya que nos ha pasado a todos. Por suerte, que algo no haya funcionado en el pasado no significa que no vaya a funcionar ahora. Quizá en esas otras ocasiones ha habido factores que te han impedido alcanzar tus objetivos y que esta vez no estén. Volvemos al punto primero, si enfocas tus pensamientos en lo duro que fue en las otras ocasiones no vas a poder visualizar y pasar a la acción. Aunque lo hayas intentado 20 veces antes, todas son diferentes. Tu momento es ahora, no ayer ni mañana.
Sólo hay dos días en que no puedes hacer nada: ayer y hoy. Céntrate en el presente y pasa a la acción.
Si en un momento puntual te saltas la dieta, no te preocupes, porque es normal y a todos nos pasa. Mi consejo es que disfrutes de ese momento con calma, acéptalo y piensa que es una excepción.
5. Paciencia, paciencia y paciencia
Si decides hacer una dieta es por algún motivo a medio/largo plazo y debes ser consecuente con este planteamiento. Las dietas son carreras de fondo, donde no puedes esperar llegar a meta antes de tiempo. Si decides perder peso, no puedes esperar perder 10kg en una semana, porque no es realista. Perder 1 kg por semana puede ser un objetivo realista. Así que calcula que necesitarás varias semanas para ver un progreso en tu peso. Pero es a partir de las primeras semanas cuando llega la recompensa por haber logrado un cambio. Este gran impacto en la autoestima y el autoconcepto son el combustible que alimenta el motor que permite que siga la dieta en marcha.

La recompensa de una dieta es mejorar el nivel de bienestar y generar un impacto en tu vida… Merece la pena el esfuerzo
6. Crea hábitos
Si haces la dieta correctamente y pasas las primeras semanas críticas, estarás posiblemente empezando a crear hábitos saludables. Te darás cuenta cuando empieces a sentir que tu ansiedad por comer disminuye y aumenta tu autoconfianza. Si llegas a este punto, la sensación de felicidad es tan grande que desaparecen los miedos y sientes que puedes hacer cualquier cosa. Ese es el gran objetivo.
7. Evita tener hambre
Este consejo es muy evidente, pero hay que caer en ello… Si pasas hambre lo más probable es que no puedas controlarte y termines saltándote la dieta. Para perder peso NO hay que pasar hambre, sino elegir aquellos productos que sean sanos y bajos en calorías, como las verduras o la mayoría de frutas, que puedes comer en grandes cantidades sin que supongan un aporte elevado de calorías.
8. Crea una rutina saludable con los horarios de comida
Comer pequeñas cantidades cada poco tiempo es la mejor manera de alimentarse. Por un lado no vas a tener esa sensación de hambre terrible que es peligrosa y las digestiones van a ser mucho más sencillas. Por otro lado no tienes picos de glucemia altos, así que vas a producir menos triglicéridos facilitando la quema de grasa.
Si además consigues crear un horario de comidas adecuado, y lo conviertes en una rutina, controlarás mejor la ansiedad y el hambre a la hora de comer. La alimentación es una de las necesidades básicas, y necesitamos dedicar tiempo de calidad. NO es sano comer deprisa ni con estrés. Prepara la comida, siéntante con calma y disfruta. Si por motivos laborales no puedes dedicar tiempo a la comida, debes plantearte un cambio de horarios si ves que es un momento crítico durante el día.
9. Utiliza platos pequeños para engañar al cerebro
Si utilizas un plato grande y pones poca cantidad de comida, lo más normal es que tu cerebro piense inconscientemente que le has dado poca comida porque hay mucho plato vacío. Te da la sensación de que «no es suficiente», y aparece la sensación de hambre e insatisfacción… Utilizar platos pequeños es la mejor manera de «engañar» a nuestro cerebro. Al ver el plato lleno, aunque sea la misma cantidad de comida, la sensación final que te queda es que has terminado el plato.
10. Vigila lo que compras
La regla es muy simple: si no compras comida mala, no la comes. Si en casa no tienes mala comida, aunque tengas un mal día no te vas a saltar la dieta, simplemente porque no tienes nada malo para comer. No sirve comprar dulces para casa pensando que no los vas a comer. Pensad que nuestro cerebro es adicto al azúcar y si lo tenemos cerca vamos a tener la tentación a menudo.
Así que cuando vayas a hacer la compra intenta cumplir estas tres normas básicas:
- NO VAYAS A COMPRAR CON HAMBRE!!!!!
- Lleva una lista de la compra y cíñete a ella.
- Evita las tiendas y pasillos que contengan comida que no debas comer (especialmente dulces)
Si superas la ansiedad del momento de la compra y no te llevas nada malo a casa tienes mucho ganado. Así solo tienes que controlar la ansiedad durante un tiempo concreto, y no cada vez que estés en casa. Habrás conseguido eliminar las tentaciones en casa y te ayudará a crear hábitos saludables. Haz la prueba y verás que después de un tiempo ya no te apetece tanto comprar alimentos dulces.
11. Haz ejercicio físico
El ejercicio físico tiene 3 beneficios imprescindibles para nuestro bienestar y que nos van a ayudar a alcanzar nuestro objetivo de pérdida de peso:
- Quemas calorías, y eso hace que pierdas la grasa acumulada
- Genera satisfacción al liberar determinadas sustancias en el cerebro que dan sensación de felicidad
- Mejoras tu tono muscular y la resistencia, que reducen la fatiga y los dolores de músculos y huesos.
Todos estos beneficios tienen un impacto enorme sobre tu autoestima y tu autoconocimiento. Cuidar tu imagen y tu higiene personal para mejorar tu autoestima y la percepción de los demás también es algo importante.

Cualquier ejercicio físico puede servir. Si nunca has hecho ejercicio, empieza en un grupo y comparte el esfuerzo para que sea más fácil mantener la constancia 🙂
Conclusión
Hacer dieta es algo que no nos gusta a ninguno, hay que admitirlo. Si se hace es por necesidad médica o porque buscamos crear un impacto en nuestro bienestar. Sólo funcionan si van seguidos de un estilo de vida saludable. Suponen un cambio en nuestros hábitos y por tanto hay que saber gestionarlo de manera adecuada, adaptado a cada persona en sus cicunstancias particulares. Las reglas generales son eso, generales, y no tienen por qué servir a todo el mundo, así que debemos encontrar las que nos funcionan.
Pero tened claro estos dos puntos:
- La dieta debe convertirse en un hábito y ser una herramienta para alcanzar un objetivo mayor, el bienestar. Si no se enfoca de esta manera el efecto rebote está asegurado.
- El hambre está en el cerebro. Las emociones se apoderan de nuestro cerebro y nos impiden seguir la dieta y adquirir hábitos saludables.
En este post he descrito los consejos generales que mejor funcionan, independientemente del tipo de dieta y de persona. Mi experiencia me lo dice así. Espero que os puedan ayudar a seguir adelante con vuestro objetivo de bienestar. Os invito a conocer mi método de Bienestar Lifetime Wellness.
Y vosotros, ¿Qué consejos creéis mejores? Podéis dejarme vuestros comentarios y dudas
Y compartid para que podamos seguir creciendo ^^