Si a alguno de nosotros nos preguntan cuánto tiempo queremos vivir y cómo queremos vivir, la respuesta es bastante unánime: queremos vivir mucho y bien. Pero si nos preguntan si estamos haciendo todo lo posible por conseguirlo, la respuesta ya no es tan unánime. Incluso en muchos casos somos conscientes de que nuestros hábitos tienen el efecto contrario: enfermar, perder calidad de vida e incluso acortar nuestra esperanza de vida.
¿Cuál de las siguientes condiciones están presentes en tu vida actualmente?
- Mala alimentación y vida sedentaria
- Contaminación
- Tabaco
- Estrés y ansiedad
Por tu bien, espero que no estén presentes ninguna de las cuatro. Pero no nos engañemos, vivimos en una sociedad en la que más del 90% de las personas fallecen a consecuencia de una de estas 4 causas (o todas). Este artículo quiero que sea una llamada de atención para todos nosotros, para que entendamos que estos son los principales factores que determinan tanto la calidad de vida como el tiempo que vamos a vivir. Por supuesto, llevar una vida perfectamente saludable no te asegura vivir eternamente ni estar exento de enfermedades, pero sí tienes muchas más probabilidades de vivir más años y mejor. Parece obvio, y de hecho lo es 😉
De qué morimos
Miremos las estadísticas de fallecimientos en Europa, y os daréis cuenta de que vamos a morir a consecuencia de una combinación de todas las causas anteriores.
Created using Visme. The Easy Visual Communication Tool.
Los datos revelan que, exceptuando accidentes u otros motivos (asesinatos, suicidios, etc.), vamos a morir básicamente por enfermedades, las llamadas causas «naturales». Por orden de importancia, son las siguientes:
- Enfermedades de la circulación: incluye accidentes cardiovasculares (infartos) y enfermedades cerebrovasculares (ictus)
- Cáncer de los aparatos respiratorio o digestivo
- Enfermedades respiratorias (EPOC, Enfermedad Pulmonar Oclusiva Crónica)
- Enfermedades neurodegenerativas
- Infecciones
- Diabetes y enfermedades de riñones (nefropatías) y de hígado (hepáticas)
No hace falta tener un doctorado para ver la relación directa de estas enfermedades y las 4 causas descritas al principio. Como ya he explicado otras veces, la medicina moderna con los antibióticos y las vacunas ha conseguido que reduzcamos drásticamente la mortalidad de enfermedades infecciosas, que eran hasta principios del siglo XX una de las grandes causas de fallecimientos. En Europa afecta mayoritariamente a personas con el sistema inmunológico debilitado, como son niños, ancianos o enfermos graves de otras enfermedades (cáncer, VIH, etc.)
Vivimos en una sociedad obesogénica, donde la vida sedentaria y la mala alimentación han provocado una epidemia de obesidad en pleno s. XXI, que nos genera enfermedades crónicas y con el tiempo nos mata. Y las condiciones de contaminación global y estrés en las que vivimos, no hacen sino agravar el problema.
Las 4 causas que nos están matando en nuestra sociedad.
1. Mala alimentación y vida sedentaria
Vamos a hacer un resumen, pero ya sabéis que tenéis cantidad de información en el blog de cienciaconsalud sobre los efectos de la mala alimentación.
La buena alimentación es aquella que cubre nuestras necesidades nutricionales, ni más ni menos. Expecialmente importantes son los nutrientes esenciales (los que no genera nuestro cuerpo por sí mismo) que son: los omega-3 y omega-6, aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales.
La buena alimentación es aquella que cubre nuestras necesidades nutricionales. La mala alimentación conlleva exceso de calorías y comida ultraprocesada y falta de nutrientes esenciales.
En cuanto a las calorías, hay que ingerir las necesarias para cada individuo. Se generaliza en 2000 kcal/día, pero puede cambiar de manera muy notable en función de la situación de cada uno, según sea la actividad física, la edad, el sexo, etc.
Importante: las calorías solo miden la cantidad de energía que nos aporta un alimento, pero NO nos dice si ese alimento es saludable. Un dátil tiene muchas calorías y es sano… por el contrario una bebida de cola light no tiene calorías pero no es sana
Los problemas pueden ser tanto por falta de alimento, como por exceso
SOBREPESO Y OBESIDAD: cuando engordamos por un exceso de calorías
Hipertensión, hipercolesterolemia, hiperlipidemia… ¿os suenan estas palabras? Espero por vuestro bien que no, ya que son la consecuencia de comer demasiado. Diabetes, inflamaciones, problemas digestivos, enfermedades del hígado, y aterosclerosis (la que provoca la obstrucción de las arterias) también son frecuentes en personas con sobrepeso y obesidad. No me voy a extender más, ya que tenéis muchos artículos en la sección de metabolismo del blog.
Esta es la causa de muertes número 1 en paises industrializados. Son factores de riesgo en cualquier efermedad, y especialmente graves en las circulatorias y en las relacionadas con el sistema digestivo y endocrino:
- Cardipatías
- Accidentes cerebrovasculares
- Enfermedades neurodegenerativas
- Diabetes
- Cáncer del aparato digestivo (colon, páncreas, intestino, hígado,…)
2. Contaminación

La contaminación en las grandes ciudades provoca cientos de miles de enfermos en todo el mundo.
Cuando empleamos la palabra contaminación, la asociamos a la contaminación directa, es decir, la que nos afecta a los humanos directamente. El humo del tráfico y las nubes tóxicas de las megaciudades (lo que llaman en inglés smog) son un claro ejemplo de ello. Pero existe contaminación a todos los niveles y de manera indirecta, tanto en la atmósfera, como el mar y los acuíferos y el resto del medioambiente. Por ejemplo, los pesticidas empleados en agricultura, aunque no los respiramos directamente, sí se acumulan en nuestro cuerpo (contaminantes que tienen la desagradable manía de acumularse en la grasa de nuestro cuerpo). Ya en la década de los 70 se prohibió el uso de DDT en Estados Unidos por los efectos tóxicos al acumulares en nuestro cuerpo, aunque en Europa no se hizo hasta principios del 2000. Pero se siguen utilizando compuestos casi idénticos hoy en día.
A pesar de haberse prohibido, todos nosotros tenemos DDE en nuestro cuerpo
Otro efecto de la contaminación es la destrucción de la biodiversidad, que nos afecta a todos nosotros como especie. No olvidemos que somos seres vivos, que convivimos con otros seres vivos y nos alimentamos de ellos.

La contaminación de plásticos en el mar y las reservas naturales de agua hace mucho tiempo que ha superado la línea roja.
Ya lo decía el Rey León: es el Ciclo de la Vida. Somos seres vivos que comemos y convivimos con otros seres vivos. Cualquier contaminación, por pequeña que sea, va a terminar en nuestro cuerpo y nos afecta. Estamos destruyendo lo que nos convierte en seres vivos.
La contaminación es un factor que puede causar cientos de enfermedades, no las vamos a describir todas, pero vamos a poner ejemplos claros:
- Las nubes tóxicas del tráfico de coches son factor de riesgo en miles de muertes por enfermedades del sistema respiratorio (EPOC).
- los metales pesados, como el mercurio, presentes en el pescado pueden provocar enfermedades graves
- los contaminantes orgánicos como el DDT se sabe que empeoran enfermedades neurodegenerativas
- La radiación en accidentes como Fukushima puede provocar cáncer y tarda miles de años en desaparecer
- Los plásticos en el mar están destruyendo la biodiversidad
3. Tabaco
No creo que a estas alturas de siglo XXI necesitemos decir que el tabaco es malo, que mata, que provoca decenas de enfermedades … pero por desgracia sigue habiendo gran cantidad de fumadores. Con las legislaciones de los últimos años en europa se ha restringido mucho el poder fumar, así que se ha reducido el número de «fumadores pasivos» que, como yo, enfermábamos por el hecho de permanecer en un sitio junto a fumadores.
Dejar de fumar es el mejor regalo que puedes hacerte a tí mismo
Son un factor de riesgo crítico en:
- Enfermedades respiratorias (EPOC)
- Cáncer del aparato respiratorio (pulmón, tráquea, laringe, boca, etc…)
- Los tóxicos respirados pueden generar o empeorar cualquier otra enfermedad
4. Estrés
Sí. El estrés, la ansiedad y las emociones negativas, provocan enfermedades cuando se mantienen en el tiempo y se cronifican. El cerebro es el que controla todo nuestro organismo, es la máquina que regula que todo funcione según lo previsto. Así que si no lo cuidamos, las consecuencias son evidentes. Las emociones negativas nos producen cambios a nivel fisiológico, puesto que se activan toda una serie de mecanismos «de defensa». Es decir, nuestro cerebro activa la señal de alarma, de que está en peligro nuestra seguridad.
El proceso mediante el cual el estrés o la ansiedad nos generan enfermedades es siempre el mismo:
- Una situación o problema nos crea un sentimiento negativo, que nos genera una respuesta en el cuerpo y nos hace sentirnos mal
- Si ese sentimiento negativo se mantiene en el tiempo, la carga sobre nuestro cuerpo se hace visible, y empezamos a somatizar, cada persona de manera diferente: aparecen los problemas digestivos, nervios, problemas en la piel, desajustes del ritmo cardíaco, etc.
- Si se cronifica esa carga negativa, aparecen las enfermedades graves, depresiones, desajustes hormonales graves, e incluso la muerte, comúnmente en forma de accidentes del corazón, circulación o cerebrovasculares (ictus cerebrales).
El peligro que tenemos es que hacemos los problemas más grandes que lo que son realmente. La manera en que vivimos actualmente, en grandes ciudades colapsadas, no favorecen la relajación, ni la calma. Vivimos estresados y con prisas. Y las consecuencias se reflejan en las estadísticas de causas de muertes. Es un agravante de todas las enfermedades.
El estrés, además, influye en nuestras relaciones sociales y personales, que son una de las principales fuentes de felicidad y satisfacción. Esto provoca depresiones. y es un factor de riesgo en casi cualquier enfermedad.
Conclusión
Queda bastante patente que estas son las 4 principales causas que nos van a matar, tarde o temprano. Cuanto menos expuestos estemos a ellas, mejor y más tiempo vamos a vivir.
Alejaos del tabaco, de la contaminación, de la comida basura y de la gente tóxica en vuestras vidas. Es vuestra vida la que se resentirá, no la de los demás.
Lo bueno, es que son todas opciones sobre las que tenemos poder de actuación. Podemos mejorar nuestra alimentación, dejar de fumar, hacer más ejercicio y rebajar nuestros niveles de estrés mediante técnicas adecuadas de relajación. La contaminación es global, pero está claro que si todos hiciéramos lo correcto, no hubiésemos llegado al punto donde estamos hoy.
Merece la pena intentar los cambios, puesto que nuestra salud y nuestro bienestar van de la mano. Así que no dudéis y empezar a poner cambios en marcha 🙂